Un día como hoy del calendario gregoriano del 2007, en el sexto mes del 2008,
una rosa se marchitó, la esperanza se escapó de aquella caja, un día como hoy
un bosque se convirtió en desierto… se esfumó una parte de mi.
Comprendí que la muerte es solo un paso a no sé donde, es abrir otra puerta,
escalar otro escalón,
pero… no sé el camino, solo lo comprendo, para no llorar cada vez que te recuerdo,
cuando recuerdo tu voz, cuando solo quiero decirte “Te quiero”.
Dos razones de vivir ya no están, se esfumaron con el viento,
cuando la brisa desconocida, decidió llevarlas con ella.
¿Resignación o Comprensión?
Cómo debo llamar a ese sentimiento que me acorrala
y me hace sentir que no ha pasado nada,
borra mis recuerdos, borra mi dolor, como droga barata, que luego de unos segundos ya no tiene efecto, para luego morir, y vivir en esta jaula de seres indiferentes.
Metáforas, hipérboles, ironías, imprecaciones contra no sé quién,
aturdida, mala memoria, un mal hábito…
acostumbrarse a amar… amar a un ser vivo que sabes algún día se irá,
y si tenemos un poco más de lo que llaman “Fe” lo veremos en la otra dimensión,
en aquel mundo perfecto. Pero, ¿Si ya las tuve, y mi mundo fue perfecto?
Mis joyas más preciadas de aquel tesoro que hoy se hunde en el mar,
y mi amor flota como ayer en la balsa del recuerdo que las tuve y las amé.
¡Las amo abuelitas!
