miércoles, 23 de febrero de 2011

Mi desesperanza

Soñando en mi mundo, que por un tiempo construí,
imaginé real,
imaginé nunca despertar.
Mi desesperanza siempre está ahí,
como sombra, aún en la claridad…
amiga fiel, siempre mirándome a los ojos,
recordándome que le pertenezco.
No lo niego, nací para estar sola,
seguir construyendo mis sueños…
pero con mucho cuidado…
sin hacerlos realidad.
Dormir soñando es mi mejor medicamento,
morir por unos instantes,
desaparecer de este pútrido mundo, de esta inmunda realidad…
hacerme la idea que todo desaparecerá al despertar…
ingenua yo, si mi realidad es peor…
¿de qué me sirve estar sobria…?
Sin somnolíticos,
sin adelantar mi óbito,
mi humilde despedida de esta rutinaria tristeza…
solo cerrar los ojos, y abrirlos en otra dimensión,
en una dimensión desconocida,
donde lo real tenga valor…
sin condiciones…solo la condición de lo eterno.
Pero, ahí estás tú, desesperanza…
no me dejas inmune a la realidad,
espantas mis sueños,
y me mantienes inhalando,
echando raíces en una tierra que no me pertenece…
convirtiéndome en una extranjera en mi propio ser.
Todo ha muerto…
todo es una gangrena irreversible…
todo es pasado…
pero al menos me acompañas tú…
mi desesperanza, mi agonía.