Hoy, 24 de abril del año 2012, celebramos el 47vo. Aniversario del hecho más sangriento, patriótico y apasionante que ha marcado la historia dominicana, la Revolución de Abril del 65’.
Esta gesta comienza el 24 de abril hasta el 3 de septiembre de 1965, luego de que un grupo de hombres con la bragueta bien puesta asesinara en el 1961 al dictador Rafael L. Trujillo, y que en el 1963 se interrumpiera el noble intento por el cambio pacífico y democrático de nuestra patria, que el Presidente Bosch soñaba, todo fue truncado gracias al azaroso látigo de los monstruos del norte.
Las luchas por la libertad política se pusieron en marcha, surgiendo en el país un clima sombrío y de muerte, firmado con sangre de los jóvenes luchadores y revolucionarios de la época, quienes proclamaban por la reimplantación de la Constitución del 63’.
En su mayoría, los impulsores de esta lucha por la libertad en contra del imperialismo yanqui fueron: escritores, poetas, artistas e intelectuales, que acudieron al grito desesperado de su pueblo, luego el mismo pueblo sediento de aires de libertad se unió a la lucha.
Con la excusa barata de que los constitucionalistas estaban integrados por comunistas, fieles enemigos del imperialismo, los Estados Unidos nos invadió el día 28 de abril, auspiciado por la falsa y metiche OEA, lo que generó una respuesta de la población dominicana, quién a la guerra a morir se lanzó.
Esta sangrienta guerra trajo consigo el número de bajas más altas de la historia quisqueyana: más de 500 guerrilleros muertos, 100 capturados, más de 3,000 civiles muertos, 13 soldados estadounidenses muertos, más de 200 heridos…datos que no son muy reales, pero son los que se conocen públicamente.
Desde el año1966 a la fecha, todo ha sido un castigo para el dominicano, quién ha vivido la pesadilla de vivir bajo el mandato de marionetas controladas por poderes mayores, y mandatarios que poco les importa el futuro de la nación.
Aún esperamos, como Penélope, en el puerto de la incertidumbre, esperando aquella utopía soñada por nuestros héroes y hombres de valor que tiñeron de sangre el lado derecho de nuestro estandarte tricolor.
Recordemos el Himno de la Revolución
Constitucionalista de 1965, escrito por Aníbal de Peña, acompañado del
conjunto músico-vocal Los Solmeños:
A luchar soldado
valiente,
Que empezó la
revolución,
A imponer los nobles
principios,
Que reclama la
constitución.
Desgarró la noche
serena,
La sirena de la
libertad
Cual clarín que llama a
la guerra,
Defendiendo la Patria
inmortal.
Como hermanos de Duarte
luchemos,
Que ya Mella en el
grito encarno
Si cual Sánchez al
martirio iremos
Venceremos, como
Luperón.
No cedamos un paso
marchemos,
Por senderos de gloria
y honor
y otra vez al traidor
venceremos
y otra vez al grosero
invasor.
A luchar soldado
valiente,
A luchar soldado
valiente.