miércoles, 13 de abril de 2011

Señora Inflación

Progreso, es un concepto que indica mejora en la condición humana. Esta mejora, a través de la historia del hombre, se ha medido en los avances de los aspectos materiales del día a día, en el aumento de la tecnología, su capacidad de dominar mercados, su competitividad, sobre todo por su independencia económica, con el convencimiento de que con una producción ilimitada y un consumo ilimitado se logra la felicidad.

Pero este llamado PROGRESO es relativo, es una balanza, en que si unos progresan, otros tienen que conocer de cerca a la señora MISERIA.

Globalización, es un término nuevo, pero su historia es tan antigua como el afán del hombre por conquistar, llegar más lejos, pisotear al prójimo, cualquier cosa que tenga que hacer para cumplir sus objetivos, ser el dominador, el primero, dejando atrás los verdaderos valores, como son el amor, la justicia, etc.

Con la globalización desaparecen las fronteras económicas, los países tienen que ser capaces de dominar todos los mercados donde pretenda llegar, estando a la par con los tiempos, sin quedar rezagados y siendo competitivos en un máximo porcentaje; el país, el mercado, el individuo que no cumpla con estos dogmas actuales, lamentablemente, morirá.

Con la globalización, y todas sus adversidades, nace la Sra. Inflación, personaje principal y responsable de que los países, en conjunto con sus ciudadanos, cada vez se vuelvan más y más pobres. ¿Y cómo? Bueno, a causa de la Sra. Inflación, se produce un aumento de los precios de bienes y servicios en un periodo de tiempo, así como la pérdida del valor de la moneda circulante, todo encarece, todo se va extinguiendo, y no sólo la gente sale perdiendo, sino también las empresas, que no tienen un marco estable para prosperar y acaban desapareciendo, aumentando así mismo el desempleo.

Un ejemplo de esto lo vemos a diario en nuestro país, donde el salario cada vez se vuelve más irrisorio, y los ciudadanos se convierten en simples marionetas de circo, donde el sistema maneja las cuerdas.

Los efectos del progreso material sobre la distribución de la riqueza, es un arma de doble filo, donde los más débiles son vilmente estocados y burlados, por los que tienen en sus manos el poder de controlarla, que son los mismos elegidos “democráticamente” por el pueblo.

Es por eso que la tan conocida, nombrada y caricaturizada DEMOCRACIA se mantiene a sí misma como el pozo séptico de todas las inmundicias que acechan al hombre en República Dominicana.