Merece ser feliz quien no se inmuta a intentarlo, quien no lo persigue, quien no lo desea, quien no se sacrifica… a quien simplemente se le acerca, sin preguntar.
Merece ser feliz quien espera el atardecer luego de sentir el calor rojizo del sol a media mañana; el hielo luego de encontrar se con el whisky, perdiendo su esencia, su identidad.
Merece ser feliz aquel quien no ha sufrido, o quien lo ha hecho, no lo sé.
Merece la felicidad quien ve las estrellas, aun sus ojos estén nublados de lágrimas.
Merece ser feliz quien se reguarda en un rinconcito a esperar que pase el aguacero, quien no le saca las semillitas a la chinola, quien se atreve a amanecer en la playa, acostado en la arena, compartiendo con los cangrejillos el sabor a sal, el sabor a vida.
Merece ser feliz quien no le arranca la última página a la mascota para hacer avioncitos de papel, quien no pisa la grama, quien no fuma, aquel que prefiere caminar antes que manejar su vehículo para cruzar la acera.
¿Quién merece ser feliz? Aquel que no escupe en la calle, quien no le importa utilizar un vestido rosa, con botas verdes, quien se atreve, quien se arriesga, quien siempre tiene una sonrisa aunque le falten dientes para expresarla, no merece ser feliz quien la oculta, quien no se muestra tal como es, quien usa disfraz, para quienes Halloween no acaba, para quienes usan perfume, falseando su olor natural.
Quien no repudia vivir, quien no detesta este regalo que para muchos es un favor mal dado,
no merece ser feliz quien no ha probado sus propios fluidos, su propia sangre, quien nunca ha dicho te amo, para quienes soñar es solo una acción que se logra con los ojos cerrados.
¿Yo lo merezco? Mientras averiguo.... ¡a la carga rinoceronte!
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