martes, 14 de junio de 2011

No me lo digas

¿En verdad me amas?
Era su insistente pregunta, mientras destrozaba  mi esperanza en miles de dudas.
Aunque no tenía la necesidad de preguntar, los papeles en ese momento debieron estar invertidos, al menos, que el amor se haya convertido en otra cosa, que hasta el momento había ignorado.

¿En verdad me amas?
Era su duda, mientras destrozaba mi esperanza en infinitos silencios, que no cabían en esta vacía e insípida habitación, donde retumbaba el eco.
No tenia las ganas, ni las fuerzas de responder, ya lo había hecho miles de veces, miles de veces en que tu mente estaba ocupada, inmersa en un mar de suspicacia.

¿En verdad me amas?
Así creíste cazarías mis decepciones, que una y otra vez surcaban mi solitario y gris firmamento.

¿En verdad me amas?
Y así recorría mi sangre, respuesta de las heridas que tú mismo ocasionaste, 
sangre empalmada con desilusiones, falsas ilusiones cargadas de promesas.

¿En verdad me amas?
Aunque desintegres mi  ser, aunque  cercenes mi libertad, aunque los gusanos hayan devorado este amor que una vez cegó mi realidad.

¿En verdad me amas?
Si en verdad me amas, no me lo digas nunca.

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